Las mejores recomendaciones para andar en bicicleta bajo la lluvia
Descubre cómo afrontar la conducción sobre mojado, e incluso hacerla divertida
A mucha gente le gusta montar en bicicleta bajo la lluvia. ¿O no? Una cosa es segura, es inevitable en el Reino Unido y también en otros países, si quieres seguir pedaleando durante el invierno o durante la estación lluviosa. Si no quieres que el clima te impida disfrutar de tu deporte favorito, sigue leyendo, aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a sobrevivir.
1. Chaqueta y mallas impermeables

Una chaqueta impermeable es absolutamente esencial si quieres ir en bicicleta bajo la lluvia. La tecnología de los tejidos y el diseño de las prendas han avanzado a pasos agigantados en las últimas décadas (Gore-Tex introdujo por primera vez su modelo impermeable hace 30 años) y ahora hay una gran variedad de estas prendas para la lluvia que te evitarán empaparte, con una gama de precios que se adaptan a diferentes presupuestos.
El reto de las chaquetas impermeables para el ciclismo no es sólo evitar que llueva, sino proporcionar la transpirabilidad necesaria para permitir que el calor generado por el cuerpo durante el ejercicio sea expulsado. Los primeros modelos se conocían como prendas para «hervir en la bolsa»; porque, aunque podían mantener la lluvia fuera, te empapabas por dentro de tu propio sudor. No es lo ideal.
La tecnología de los tejidos ha mejorado mucho el equilibrio entre la protección contra la lluvia y la transpirabilidad. Así, las chaquetas de ciclismo modernas son muy buenas en la difícil tarea de mantener seco a un ciclista que trabaja duro; aunque muchas no ofrecen un buen equilibrio entre la protección contra la lluvia y la gestión del calor corporal.
La mejor ropa de ciclismo impermeable
En los últimos años, ha aparecido una nueva solución para afrontar la conducción en tiempo húmedo. La ya icónica chaqueta Castelli Gabba es el mejor ejemplo de un nuevo enfoque para vestirse para las salidas en mojado.
Está fabricada con un tejido semi impermeable, con un ajuste muy ceñido y una buena transpirabilidad. No te aislará completamente, las costuras no están selladas, pero es ideal para los chubascos más que para los chaparrones prolongados, y además te mantendrá caliente. La Gabba se ha puesto de moda, y ahora hay bastantes fabricantes que ofrecen camisetas similares.
Aunque obviamente es importante mantener la parte superior del cuerpo seca cuando llueve, también hay que tener en cuenta las piernas. El frío y la humedad dificultan el funcionamiento óptimo de los músculos y, por tanto, el rendimiento puede verse afectado. Mantener las piernas abrigadas es muy sensato.
La lycra fina no ofrece mucha protección contra la lluvia, pero hay una nueva generación de mallas de invierno con un acabado repelente al agua que mantendrá tus piernas más secas durante más tiempo. Por ejemplo, las mallas NoRain de Sportful y las mallas y calentadores NanoFlex de Castelli.
Para los desplazamientos, un par de pantalones impermeables puede ser una opción más adecuada, y puede llevarse sobre la ropa de ciclismo habitual o informal, según sea necesario. El ajuste tiene que ser bueno, no querrás que se agiten con el viento o que puedan quedar atrapados en la transmisión.
2. Pies secos – sobrecalzado, calcetines impermeables y botas de invierno

No se puede evitar, los pies se van a mojar: después de todo, están justo en la línea de fuego de las salpicaduras de la rueda delantera. Pero, si inviertes en un par de zapatillas impermeables, podrás mantenerlos mucho más secos durante más tiempo.
Las zapatillas de neopreno son una buena opción. No impiden la entrada de la lluvia, pero evitan que los pies se enfríen cuando están mojados. Para una mayor protección, busca un sobrecalzado con un acabado de Gore-Tex o una membrana similar para condiciones realmente húmedas.
Existen sobrecalzados que se adaptan a la mayoría de los tipos de calzado, tanto de carretera como de montaña. También sirven de aislamiento extra cuando el mercurio baja, y son razonablemente asequibles.
La otra opción, que mucha gente combina con los zapatos o las botas de invierno, es un par de calcetines impermeables. SealSkins es el fabricante más conocido de estas prendas, pero también hay otros. Son más gruesos que los calcetines normales, por lo que deberás comprobar que se adapten a tu calzado.
La mejor protección contra la humedad es probablemente una bota de invierno específica. Una zapatilla de ciclismo normal con una parte superior impermeable reforzada y algún tipo de forro de membrana, constituyen la mejor alternativa para garantizar que tus pies permanezcan secos y calientes.
Son una opción más cara que las sobrecalas, pero si piensas hacer mucho ciclismo durante el invierno, la inversión puede estar justificada. Si sólo practicas el ciclismo una o dos veces a la semana, los sobrecalzados son probablemente la mejor opción en cuanto a la relación calidad/precio.
3. Guantes impermeables
¿Qué es peor, tener los pies fríos o las manos frías? Ninguna de las dos cosas es muy agradable, así que, junto con la protección de los pies, hay que invertir en unos guantes que mantengan las manos secas. Cuando las mismas se mojan, se enfrían mucho más rápido, y el entumecimiento puede llegar a ser muy desagradable.
La elección de estas prendas varía enormemente. Desde guantes de neopreno, que mantienen el calor incluso cuando se mojan; hasta los guantes de invierno más grandes, que cuentan con un forro impermeable o una construcción blanda. Lo malo es que estos últimos pueden ser voluminosos o limitar la destreza.
Uno truco que puedes aplicar para las salidas largas cuando sospechas que va a haber humedad es el siguiente. Lleva un par de guantes de repuesto sellados en una bolsa de plástico y cámbialos a mitad de la ruta.
4. Mantén la cabeza seca
Una cabeza seca es una cabeza feliz. Obviamente, esta zona es la primera en recibir el impacto de la lluvia, y un casco ligero y bien ventilado no ofrece mucha protección. Llevar una gorra debajo del mismo, o una cubierta sobre la parte superior, la mantendrá seca.
Una gorra de ciclista de algodón ofrece cierta protección, y la visera sirve de canalón para alejar la lluvia de los ojos. Muchas empresas de ropa fabrican ahora gorras de ciclismo con tejidos impermeables, que funcionan estupendamente cuando llueve mucho, pero la transpirabilidad puede verse afectada en algunas de ellos.
Otra opción, que probablemente sea más atractiva para los ciclistas urbanos, es una funda para el casco. Están diseñados para ajustarse a todo el casco con un elástico que lo mantiene en su sitio. Suelen estar recubiertos de detalles reflectantes, por lo que tienen el propósito adicional de ayudarte a destacar en las carreteras oscuras y sin iluminación.
5. Guardabarros

Te gusten o no, los guardabarros están diseñados para protegerte de las salpicaduras de las ruedas y pueden suponer una gran diferencia para evitar que te empapes. Deben ser adoptados para el ciclismo de carretera de invierno, y una vez que los hayas probado, nunca volverás atrás.
Puede que te mojes con la lluvia que cae, pero los guardabarros evitarán que tus pies, piernas y trasero se empapen al chapotear en los charcos. También impedirán que el barro y la suciedad de la carretera lleguen a tu bicicleta y a tu cuerpo, cubriéndote de la cabeza a los pies; para que no parezca que has salido a hacer ciclismo de montaña cuando llegues a casa.
Los guardabarros varían desde los simples modelos de plástico con clip, que ofrecen una protección limitada pero que se adaptan a cualquier bicicleta de forma rápida y sencilla, hasta los más completos y adecuados. Éstos proporcionan un mejor amparo, ya que envuelven mucho más la rueda sin importar hacia donde se dirige. Sin embargo, tu bici necesitará soportes y un espacio adecuado entre el neumático y el cuadro para poder llevarlos.
6. Gafas
Son muy útiles para poder ver por dónde vas. Así, cuando llueve mucho y el agua sale disparada de la carretera, tu visión no quedará encharcada tan fácilmente. Un par de gafas de ciclismo con cristales transparentes son una buena forma de proteger tus ojos cuando montas en bicicleta bajo la lluvia.
También evitan que el barro y la arenilla entren en contacto con los ojos, lo que resulta especialmente útil si se monta en una rueda. Algunas gafas tienen lentes intercambiables y un tinte amarillo puede aumentar el contraste con poca luz.
7. Hazte ver – Ponte unas luces

Aunque conduzcas durante el día, el tiempo lluvioso suele ir acompañado de nubes oscuras y niveles de luz bajos, y eso puede significar una visibilidad restringida. Un conjunto de pequeñas luces LED intermitentes, ya sea sólo una trasera o un conjunto delantero y trasero, puede garantizar que los demás usuarios de la carretera tengan más posibilidades de verte en un clima turbio.
8. Evita los pinchazos – Cambia los neumáticos

Una rueda pinchada no es muy divertida, pero lo es aún menos cuando llueve a cántaros. Cambia tus ligeros neumáticos de competición por unos duraderos con cinturón antipinchazos y reducirás el riesgo de sufrir un percance.
Es más probable que se pinchen con lluvia, porque los residuos son arrastrados desde la cuneta hasta la carretera, y el agua actúa como un lubricante asombrosamente bueno para que las piedras y los cristales afilados corten un neumático de bicicleta. Por eso, es preferible montar neumáticos sin cámara durante el invierno.
Algunos neumáticos se fabrican para el invierno con un compuesto de goma diferente, destinado a proporcionar una mayor tracción en carreteras mojadas. Ignora el dibujo de la banda de rodadura, no supone ninguna diferencia. Y considera la posibilidad de montar el modelo más ancho posible que pueda acomodar tu bicicleta. Puedes utilizar presiones más bajas y beneficiarte de una mayor superficie de contacto, aumentando la tracción.
9. Entra en casa – Súbete al turboentrenador
A veces, incluso el ciclista más decidido y comprometido puede desistir de salir a rodar cuando la lluvia es implacable y no da señales de remitir. A veces, con la regla No 5 no es suficiente. Aunque puede que no tengas la opción si vas al trabajo; pero, si es un paseo de entrenamiento lo que tienes planeado, entonces montar en el interior puede ser una buena opción.
No, no nos referimos a dar vueltas en el salón de tu casa. Un turboentrenador o unos rodillos convierten tu bicicleta en un entrenador estático y, de esta manera, podrás hacer un entrenamiento en la seguridad y el calor de tu casa, garaje o cobertizo.