Cómo hacerle el mantenimiento básico a tu bicicleta
El mantenimiento de la bicicleta es en realidad un asunto de gran amplitud, e incluso, en algunas ocasiones, de mediana complejidad. Por eso, en este post empezaremos por lo más básico:
- Inspección previa a la salida
- Aseguramiento de los tornillos
- Limpieza y lubricación de los componentes clave
Además, no olvides que, periódicamente, un mecánico profesional debe llevar a cabo actividades de mantenimiento más complejas a tu bicicleta. Si montas con regularidad, llévala para que la revisen y pongan a tono cada 6 meses,
De este modo, los componentes complejos y difíciles de evaluar, como los radios, las superficies de los rodamientos, los desviadores y los cables, se inspeccionan y revisan con regularidad. Estas piezas de la bicicleta siempre deben ser examinadas y ajustadas por mecánicos experimentados.
Inspección de la bicicleta

La mejor defensa contra los componentes sueltos es una revisión exhaustiva, efectuada previamente a cada salida. Así, antes de que lleguen a ser un riesgo para tu seguridad, podrás identificar problemas en potencia. La gran mayoría de los arreglos podrás llevarlos a cabo con una sencilla herramienta, apta para hacer los diferentes ajustes de una bicicleta.
Lo fundamental | Neumáticos, sistema de frenos y cadena
Estos tres sistemas constituyen lo que podríamos llamar el ABC del mantenimiento de la bicicleta y para que tu salida sea más segura y se alargue la vida de tu equipo, revísalas en cada ocasión:
- Neumáticos. Asegúrate de que tengan la presión de aire recomendada por el fabricante, de ese modo estarás reduciendo el riesgo de un pinchazo. La información se encuentra localizada en el lateral de la rueda. Asimismo, cerciórate de que las palancas de cierre rápido y los ejes pasantes (si los tienes) también están bien apretados. A continuación, verifica que llevas contigo un juego de parches y la bomba de aire.
- Frenos. Verifica que tanto el sistema de frenos delantero, como el trasero, se asienta correctamente contra la rueda respectiva.
- Cadena. Revisa esta sección, prestando atención a los engranajes. Si todo el sistema está limpio y bien lubricado, el cambio de velocidades se hará más fácilmente y la transmisión te prestará un buen servicio por un lapso de tiempo más largo.
Asegurando con cuidado los tornillos
Las distintas partes de las bicicletas se mantienen unidad por infinidad de tornillos y sus respectivas tuercas. Esto es esencial, porque tanto si las piezas están flojas como excesivamente apretadas te ocasionarán un problema.
En el primer caso puedes poner en riesgo tu seguridad y, en el segundo, aumentarás el desgaste del equipo, daños o fallos en los componentes y, en consecuencia, un bajo rendimiento. Cuando ajustes los tornillos de tu bicicleta, consulta el manual del fabricante para conocer las especificaciones de par de apriete adecuadas.
Limpieza y lubricación de la bicicleta
La limpieza de tu bicicleta debe realizarse con regularidad y la frecuencia dependerá de tus necesidades particulares. Para algunos ciclistas un mes puede ser suficiente, mientras que otros tendrán que hacerlo semanalmente o en un período incluso menor, si acostumbran recorrer terrenos húmedos, donde abundan los charcos y el barro, o si pedalean con gran intensidad la mayoría del tiempo
El rendimiento de tu bicicleta se verá afectado positiva o negativamente con los hábitos que tengas de limpiarla y lubricarla. Esta última actividad impide que las partes móviles se vean sometidas a un desgaste exagerado debido a la fricción entre ellas; además, evita que se oxiden o sean presa de la corrosión.
No obstante, se cuidadoso; porque aplicar el lubricante de manera exagerada también disminuye el rendimiento del equipo e impacta las piezas. La razón es que cualquier suciedad y partículas abrasivas tendrán mayores posibilidades de adherirse a los componentes. Si por accidente lubricaste en exceso, límpialo antes de volver a usar la bici.
Suministros básicos
A la hora de limpiar y lubricar tu bicicleta ten a la mano:
- Trapos de limpieza, cepillos y agua jabonosa. Los paños pueden servirte para desempolvar, secar, aplicar el jabón y también la cera. Los cepillos de distintos tamaños, te permitirán alcanzar los lugares de acceso difícil.
- Agua. Esta sustancia es esencial en cualquier labor de limpieza; pero, si la aplicas a presión, ten cuidado de no dañar los rodamientos de tu bicicleta.
- Producto de limpieza. Para el cuadro, utiliza jabón líquido diluido para lavar los trastes de cocina o un producto especialmente formulado para bicicletas.
- Desengrasante. En lugar de recurrir a la gasolina o al querosén, usa un producto específico para esta tarea. Aplícalo a las partes con grasa y suciedad endurecida, como la cadena.
- Lubricante para la cadena. Para extender la vida de la transmisión, primero limpia bien la cadena y luego aplica un lubricante recomendado para este servicio.
- Lubricante húmedo. Es adecuado cuando se circula en terrenos húmedos, se adhiere con fuerza y no se aclara tan fácil con la lluvia; pero, logra una mayor adherencia de la arena y otras sustancias indeseables. Por tanto, no permitas que haya un exceso de producto.
- Lubricante seco. Adhiere menos la arenilla y otros tipos de suciedades; pero, si llueve, es barrido con facilidad. Se recomienda para el uso en condiciones de baja humedad.
- Soporte. Contar con este valioso dispositivo te facilitará el trabajo de mantenimiento de tu bicicleta; ya que, podrás ubicarla a una altura cómoda. Asimismo, podrás dar vuelta a los pedales o desarmar las ruedas, para una limpieza más profunda de las áreas poco accesibles.
Qué limpiar en una bicicleta y cómo hacerlo

Las partes principales del mantenimiento de una bicicleta incluyen el lavado del cuadro, la limpieza y lubricación de la cadena, el cuidado de los frenos (lijado de las pastillas) y la aplicación del lubricante a todas las partes de este sistema. Además, no olvides la atención especial a la transmisión.
Una gran cantidad de partes de la bicicleta pueden limpiarse con un trapo seco o ligeramente humedecido. Para las partes más sucias utiliza cepillos de cerdas duras y agua jabonosa. En todos los casos, aplica el lubricante adecuado.
La cadena es el componente de la bicicleta que más se lubrica. Hazlo con la frecuencia apropiada para minimizar el desgaste. Si no está demasiado sucia, emplea un trapo seco y un buen desengrasante. En caso contrario, adquiere una herramienta especializada para este trabajo.
Cuando se encuentre seco el desengrasante con el que limpiaste la cadena, aplica con lentitud el lubricante poniendo unas pocas gotas en cada eslabón. Deja que seque y luegolimpia el exceso,para que no atraiga más suciedad. Repite este proceso siempre que chirríe o parezca «seca». Para evitar la oxidación, hazlo después de andar por terrenos húmedos.
En el caso de los platos delanteros y el cassette trasero, frota las superficies con un cepillo y desengrasante mientras giras los pedales. Si hay mucha suciedad acumulada, utiliza trapos para limpiar cualquier resto y pasa el «hilo dental» entre los engranajes.